Recuerdos

Posted on 0:08 by Anónimo | 1 comentarios

¡Hola Gente!

Espero que se encuentren muy bien. Realmente y de corazón, si usted está leyendo esto le deseo un excelente inicio de año.

A mi me gustan los rituales, mucha gente critica la navidad, el inicio de año, el final de año, los cumpleaños y demás. Creo que en algunas cosas tienen razón, pero los rituales serán tontos pero cumplen esa función de "pasaje" de un estado a otro, que es vital.

Desde hace mucho tiempo no escribo por acá, este espacio fue vital para mí hace algún tiempo. Venía a contar acá cosas que no sabía como elaborar o que elaboraba. Cosas, así, cosas. Algo o algo"s" que no tenía cercanía con las palabras, pero aún así intentaba decirlo, era parte de un proceso.

La vida fluye, tiene sus cortes. Tengo que darle un corte a Garganta Ardiente, fue una figura importante, un refugio de mi identidad cuando esta se encontraba encerrada en un enorme ?.

Les cuento que me encuentro muy bien, el 2011 fue un año positivo, me pude recuperar mucho mejor de ese gran dolor que me tenía resonando un "hueco" enorme, me volví a poner de pie y con nuevos bríos. Tengo un proyecto en el cual participo, en el cual he recibido varias satisfacciones, he visto en ese espacio parte de una "praxis" profesional de la cual puedo formar parte y creo que mi aporte puede ser positivo.

En el aspecto emocional 2011 sirvió para acomodarme, par dar lugares y saber como colocarlos. Por dicha tuve personas que me acompañaron en ese proceso, que estuvieron para darme una mano amiga cuando lo necesitaba, ser recibido en las condiciones que me encontrara. De ese proceso es el que quiero hablarles ahora, ya que esto es una despedida y ustedes fueron testigos de ese naufragio personal.

Uno de estos amigos me recomendó un libro de Haruki Murakami que se llama "Tokio Blues: Norwegian Wood", haciendo referencia a una canción de Los Beatles (esta). Además me leí otro de este mismo autor que se llama "Kafka en la Orilla".

Ambos libros me han dejado pensando en la vida, la madurez (palabra que me molesta, pero por dicha el autor la utiliza de una manera que si comparto), el amor, las cosas, las casas, el encuentro entre seres humanos. Hoy terminé este segundo libro y quiero compartirles un par de frases que me parecen claves para decirles adiós:

"-Si. Por desgracia, yo ya no estoy allí.

-Entonces, ¿qué quiere usted de mí una vez que esté yo de vuelta?

-Quiero una sola cosa -responde la señora Saeki. Alza los ojos, me mira de frente-. Quiero que te acuerdes de mí. Si tú me recuerdas, no me importará que el resto del mundo me olvide.

El silencio se abate sobre nosotros. Un silencio profundo. Dentro de mi pecho crece una pregunta. Tan enorme que me obstruye la garganta y me corta la respiración. Pero consigo tragármela"

"-Cada uno de nosotros sigue perdiendo algo muy preciado -dice cuando el teléfono deja de sonar-. Oportunidades importantes, posibilidades, sentimientos que no podrán recuperarse jamás. Esto es parte lo que significa estar vivo. Pero dentro de nuestra cabeza, porque creo que es ahí donde debe de estar, hay un pequeño cuarto donde vamos dejando todo eso en forma de recuerdos. Seguro es que algo parecido a las estanterías de esta biblioteca. Y nosotros, para localizar dónde se esconde algo de nuestro corazón, tenemos que ir haciendo siempre fichas catalográficas. Hay que limpiar, ventilar la habitación, cambiar el agua de los jarrones de flores. Dicho de otro modo, tu deberás vivir hasta el fin de tus días en tu propia biblioteca"

"-Lo que hay allí es imposible de explicar con palabras. La verdadera respuesta no se puede describir con palabras.

-Exacto -dice Sada-. De eso se trata. Y lo que no se puede explicar con palabras, mejor no tratar de explicarlo de ninguna forma."

Recuerdo una de las tantas veces que llegué destroza(n)do donde mi analista, entre tantas cosas que le decía, ella me dijo: "Usted tiene que encontrar donde colocar sus cosas importantes"... mis recuerdos eran importantes, yo estaba muriendo por dentro porque no sabía como vivir con ellos o sin ellos. Pasé mucho tiempo, casi dos años para realmente lograr colocarlos en lugares, que para mí, fueran el espacio merecido para esa parte mi vida. Aprendí montones en el proceso, soy un ser humano más abierto a vivir, valoró mucho mejor lo que doy y recibo, me respeto mucho más por tomar ese largo y arduo camino, y no caer en el olvido superficial de los encuentros casuales, del olvidar en unos cuanto días.

Tengo un guión en las manos del cual me siento feliz de haber escrito, estoy mejorándole algunas cosas, ese guión es una pequeña parte de los recuerdos que he ido colocando en su lugar. Ver que intenté hacer arte con ellos me hace feliz y espero en el futuro poder concretarlo.

Los recuerdos de Garganta Ardiente ya están colocados en diferentes bibliotecas, estancias, lobbys, un baño de un lujoso hotel, hostales suramericanos, aeropuertos, parques, playas, abrazos, automóviles, camas, cobijas... y este blog.

Gracias por estar en ese caos, por dejarme sus comentarios, por hacerme parte de sus discusiones. Gracias de corazón, es hora de que yo parta para otros espacios, para otros lugares, con otros nombres. Este blog dará cuenta de lo que alguna vez fui y que guardaré.

¡Un abrazote gente!

Garganta Ardiente

1 comentarios:

Pablo Vargas dijo...

Esperamos seguirte leyendo mi hermano. Que esta no sea la despedida. Un enorme abrazo!